La elastografía, también conocida como elastografía hepática, es un tipo de prueba de diagnóstico por imagen que busca fibrosis en el hígado. La fibrosis es una afección que reduce el flujo de sangre hacia y desde el hígado. Esto hace que se acumule tejido cicatricial. Si no se trata, puede causar problemas de hígado graves como cirrosis, cáncer de hígado e insuficiencia hepática. Sin embargo, el diagnóstico y el tratamiento precoz pueden reducir e incluso revertir los efectos de la fibrosis.
La elastografía hepática es una prueba de diagnóstico por imagen que evalúa la elasticidad del hígado. Es una técnica no invasiva que permite detectar la presencia de fibrosis hepática, sustituyendo progresivamente a la biopsia hepática debido a su menor riesgo.
La elastografía hepática se utiliza para detectar fibrosis hepática (cicatrización del hígado) y evaluar su gravedad. También puede monitorear la eficacia del tratamiento de enfermedades hepáticas y ayudar a guiar las opciones de tratamiento.
Diversas enfermedades pueden causar fibrosis hepática, incluyendo hepatitis B y C, trastorno por consumo de alcohol, enfermedad de hígado graso no alcohólico, hepatitis autoinmune, colangitis autoinmune, y otras patologías que dañan crónicamente el hígado.
Es posible que necesites una elastografía si tienes una enfermedad hepática y tu profesional de la salud necesita información para guiar las opciones de tratamiento. También se recomienda si has tenido otras pruebas de hígado que indican posible inflamación o daño hepático, o si tienes factores de riesgo para desarrollar cirrosis.
La elastografía hepática mediada por ecografía se realiza de manera similar a una ecografía convencional. Utiliza un pulso mecánico de baja frecuencia y una sonda de ultrasonidos para medir la propagación en el tejido y su elasticidad. Los resultados se presentan como un valor numérico que indica la presencia y grado de fibrosis.
Durante una elastografía, te acostarás en una camilla mientras un técnico aplica un gel especial en tu abdomen y usa un dispositivo llamado transductor. Este dispositivo envía vibraciones a tu hígado y mide la rigidez del tejido hepático. La prueba es indolora y dura entre 10 y 30 minutos.
Para prepararte para una elastografía hepática, deberás ayunar (no comer ni beber) durante al menos 6 horas antes de la prueba. Además, es importante usar ropa holgada que pueda levantarse fácilmente para exponer tu abdomen.
La elastografía hepática no tiene riesgos conocidos y es una prueba segura. En el caso de la elastografía por resonancia magnética (ERM), los riesgos son mínimos y se relacionan principalmente con la claustrofobia o la presencia de dispositivos metálicos en el cuerpo.
Los resultados de la elastografía hepática indican el grado de rigidez en el hígado y se clasifican en una escala de F0 a F4, donde:
- F0-F1 indica ausencia de fibrosis
- F2 fibrosis leve
- F3 fibrosis significativa
- F4 cirrosis
Además, pueden mostrar la cantidad de grasa en el hígado mediante una puntuación CAP.
Es importante saber que ciertos problemas de salud pueden afectar la precisión de la elastografía, como la inflamación del hígado, tumores hepáticos, obesidad y acumulación de líquido en el abdomen. Siempre consulta con tu profesional de la salud para interpretar correctamente los resultados y determinar los pasos a seguir en tu tratamiento.
La información disponible en este sitio no debe utilizarse como sustituto de atención médica o de la asesoría de un profesional médico. Hable con uno de nuestros Especialistas en Imágenes diagnosticas si tiene preguntas sobre su salud.
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