Papel de las imágenes diagnósticas Luego de la infección por COVID 19

El coronavirus (COVID-19) en Colombia, al igual que en el resto del mundo, ha tenido un gran impacto sobre la salud pública y, por ende, sobre el sistema de salud. Al momento de escribir este artículo se han presentado al menos 6,031,130 casos de COVID-19 y 137,586 fallecimientos en el país, muchos de estos se han dado por complicaciones con otro tipo de infecciones o enfermedades producto del año en el sistema inmune que produjo el virus. Por esta razón, se han hecho estudios para encontrar la mejor manera de detectar las alteraciones persistentes en el cuerpo humano luego de la infección aguda por COVID-19 y los hallazgos han mostrado que las imágenes diagnósticas juegan un papel fundamental en ello. Recordemos que el primer brote del virus se dio en la provincia de Wuhan, China en diciembre de 2019. El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró la infección por COVID–19 como una emergencia sanitaria pública de ámbito mundial, pero no fue hasta el 11 de marzo del mismo año que se declaró como una pandemia. Cuando el paciente se expone al virus, hay un periodo de incubación de cuatro a cinco días aproximadamente, antes de desarrollar los síntomas y para el día once la mayoría de los pacientes ya presentan aquellos síntomas. Luego de la infección aguda por COVID-19, se han registrado complicaciones renales, cardiacas, neurológicas, digestivas, oculares y psicológicas, sin embargo, los órganos más afectados en la mayoría de los casos son los pulmones, especialmente en los pacientes que han requerido estancia en UCI. Pese a que pueden presentarse síntomas graves en el auge de la enfermedad en el organismo, se ha evidenciado que los pacientes pueden tener complicaciones mucho más fuertes luego de pasada la enfermedad. Se registran, por ejemplo, secuelas postagudas como pérdida del olfato, fatiga y dificultad para respirar. Una de las complicaciones más frecuentes que produce las secuelas del COVID-19 es el desarrollo de fibrosis pulmonar, que generalmente se encuentra luego de superar formas graves de la enfermedad y hospitalizaciones en UCI. En algunos casos, a pesar de la mejoría sintomática, algunos pacientes continúan presentando anormalidades en las radiografías y tomografías de tórax que no son explicados por infección activa del virus o sobreinfección por una bacteria. El momento exacto para realizar imágenes diagnósticas en pacientes post infección por COVID-19 y encontrar un diagnóstico seguro todavía no se ha estandarizado en el nicho médico, puesto que los resultados suelen ser muy variados. Por ejemplo, los pacientes que han presentado una infección leve pero no se demostraron opacidades pulmonares durante el seguimiento inicial y luego fueron asintomáticos, no requieren radiografías de control, pero los pacientes que han tenido un cuadro leve a moderado (sin ingreso a unidad de cuidados intensivos), pueden realizarse un control radiológico con radiografía de tórax. Por otro lado, los pacientes que han tenido antecedentes de infección severa por COVID-19 y que requirieron manejo en unidad de cuidados intensivos, se les recomienda seguir un proceso de control con tomografía computarizada a los tres meses, si en el control de tomografía hay alteraciones fibróticas se recomienda un nuevo control a los 24 a 36 meses. Estas recomendaciones se han propuesto en algunas publicaciones, sin embargo, siempre predominará la evolución clínica y será el médico tratante quien determine cuál es el momento adecuado para realizar una imagen en el paciente que ha superado la infección aguda por COVID-19. En conclusión, los síntomas post infección por COVID-19 en muchos pacientes no se resuelven completamente una vez resuelta su fase aguda. De hecho, algunos pacientes, principalmente aquellos que han presentado enfermedad severa con necesidad de estancia en UCI, siguen presentando complicaciones respiratorias y hallazgos sobre nuevos problemas en su organismo reflejados en las imágenes de radiografía y tomografías. Algunos de los resultados se resolverán al pasar las semanas y los meses, sin embargo, otros cambios persistirán debido a un compromiso irreversible del pulmón por desarrollo de fibrosis pulmonar. Por último, las imágenes diagnósticas juegan un papel preponderante en la identificación de aquellos pacientes con lesiones irreversibles del pulmón, permitiendo a los médicos realizar intervenciones que ayuden a minimizar la progresión de dichos hallazgos.
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