El vapeo se ha popularizado en los últimos años, transformándose en una actividad común, especialmente en los jóvenes. El uso de los cigarrillos electrónicos y vapeadores se ha vendido bajo la idea de que estos son más “saludables” que un cigarrillo común, incluso se piensa que estos pueden ser de utilidad para abandonar la adicción al tabaco. Sin embargo, esta idea es errónea y peligrosa, porque el vapeo es igual de perjudicial para la salud que el mismo tabaco.
Según la OMS, el consumo de los cigarrillos electrónicos está asociado a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, trastornos pulmonares u otros efectos adversos. De igual forma, la OMS afirma que no existen datos científicos concluyentes sobre cómo el consumo de cigarrillos electrónicos ayuda a dejar de fumar o son menos peligrosos que el cigarrillo común.
De esta manera, es importante prestar atención sobre esta actividad, ya que es perjudicial para la salud y en muchas ocasiones se desconocen sus riesgos y consecuencias. Las imágenes diagnósticas serán de utilidad en algunos casos para la detección de lesiones pulmonares asociadas con el uso del cigarrillo electrónico.
¿Qué sustancias contienen los cigarrillos electrónicos o vapeadores?
Uno de los motivos por los cuales los cigarrillos electrónicos o vapeadores se han vendido como una alternativa segura al tabaco, es porque se piensa que no contienen nicotina, sin embargo, esto no es así. Los cigarrillos electrónicos y vapeadores sí contienen nicotina, aunque los niveles varían en todos los tipos de cigarrillos electrónicos.
Aunque este vapor parezca inofensivo, el aerosol que sale de los cigarrillos electrónicos y vapeadores no es vapor de agua, por el contrario, este contiene sustancias químicas tóxicas, que causan afectaciones en la salud a corto y largo plazo.
El cigarrillo electrónico genera un aerosol a partir de la atomización térmica o ultrasónica, de una solución de composición variable que incluye propilenglicol, glicerina vegetal (30% y 70%, para generar vapor), nicotina (0-36 mg/dl) y otros compuestos conservantes y aditivos saborizantes o antiinflamatorios).
De igual forma, entre las sustancias químicas que pueden ser usadas en los vaporizadores están: partículas ultrafinas que pueden inhalarse y llegar a los pulmones, saborizantes como el diacetilo, que es una sustancia química vinculada a una enfermedad grave en los pulmones, compuestos orgánicos volátiles y metales pesados como níquel, estaño y plomo.
Consecuencias del vapeo.
La Organización Mundial de la Salud ha mostrado preocupación sobre el uso de vaporizadores por múltiples razones, entre estas se encuentra:
- No se conocen los efectos a largo plazo.
- La nicotina que se encuentra en el líquido vaporizado es altamente adictiva.
- El uso de cigarrillos electrónicos pueden causar lesiones físicas, incluidas las quemaduras por explosiones o mal funcionamiento.
- Las emisiones de vapor afectan tanto a los usuarios como a los que están expuestos a aerosoles ajenos.
Los vaporizadores tienen efectos negativos sobre la salud, que van desde la adicción, ansiedad y depresión, impotencia, problemas para dormir, la exposición a sustancias químicas cancerígenas, bronquitis crónica hasta el desarrollo de neumonía intersticial aguda. Está última está principalmente asociada al uso de líquidos de vapeo adulterados con acetato de vitamina E que incluso han causado muertes.
Cuando se desarrollan alteraciones pulmonares de este tipo, será necesario llegar a un diagnóstico por imágenes como, radiografías y tomografías de tórax y tomografías de alta resolución del pulmón (TACAR) para determinar el grado de afectación pulmonar.
Cómo prevenir las enfermedades
En el mejor de los casos, la situación idónea es no consumir ningún tipo de cigarrillo, bien sea el electrónico o el tabaco común. Sin embargo, si eres un consumidor activo, puedes seguir las siguientes recomendaciones para evitar patologías en el futuro:
- Reduce progresivamente el consumo de tabaco o vaporizadores, disminuyendo la cantidad y llevando un seguimiento de este proceso para que dejes de fumar definitivamente.
- Pide ayuda con una organización especializada o con un médico para que estos determinen si es necesario algún medicamento u otra ayuda para dejarlo definitivamente.
- Planifica lo que vas a hacer en los días posteriores a dejar el tabaco o los vaporizadores, tomando hábitos saludables y otras formas de ocupar el tiempo cuando se sienta la tentación de fumar. De igual forma, debes deshacerte de los cigarros, vapeadores, encendedores, ceniceros y productos del tabaco que estén en tu casa o trabajo.
¿Por qué sigue siendo tan popular?
En los últimos años el vapeo ha crecido en popularidad, puesto que, se ha vendido como una “alternativa saludable” al tabaco. Además, estos dispositivos han evolucionado, vendiéndose en diferentes modelos, de tamaños compactos fáciles de llevar en el bolsillo, facilitando su uso y creando una experiencia en el usuario.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no existen datos contundentes que confirmen que los vaporizadores son alternativas saludables al cigarrillo tradicional y de igual forma, traen consecuencias negativas para el organismo. Por ende, es pertinente conocer las consecuencias que traen estos dispositivos para no poner en peligro nuestra salud.
En definitiva, el vapeo es una actividad que parece inofensiva, pero es muy perjudicial para la salud, trayendo consecuencias negativas, si no somos conscientes de los productos químicos tóxicos que podemos llegar a consumir. Recuerda que en caso de sentir molestias, es importante obtener un diagnóstico médico para evitar resultados catastróficos.
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